Cómo hablar de elecciones con niños sin generar miedo ni polarización
G Gert Moller

Cómo hablar de elecciones con niños sin generar miedo ni polarización

21 nov 2025 · Desarrollo infantil · Docentes Chile · Innovación educativa · Materiales didacticos · Materiales educativos · Pedagogía y aprendizaje

Formar ciudadanos críticos desde la sala de clases, con respeto, juego y pensamiento democrático

Hablar de elecciones con niños puede parecer un terreno delicado, especialmente en contextos donde los adultos están más tensos, las conversaciones circulan en casa y los medios amplifican cada opinión. Sin embargo, este momento del año puede transformarse en una oportunidad pedagógica valiosa: enseñar ciudadanía desde el respeto, el pensamiento crítico y la convivencia democrática.

Los niños escuchan, observan, preguntan y muchas veces no comprenden del todo lo que ocurre a su alrededor. Por eso, más que evitar el tema, el desafío es cómo abordarlo sin transmitir miedo ni polarización, manteniendo un enfoque seguro, neutro y acorde a su etapa de desarrollo.

Explicar el acto cívico sin entrar en política contingente

Una de las maneras más seguras de abordar el tema es enfocarse en el proceso democrático, no en candidatos ni posiciones específicas.
Tal como explica la psicopedagoga Karen Rudloff, las elecciones pueden presentarse como “un acto ciudadano que todos compartimos por igual”, donde cada persona tiene la posibilidad de elegir según su propio criterio, sin necesidad de imponerlo a otros.

Este enfoque permite reforzar que:

  • vivimos en una democracia,
  • todas las personas pueden pensar distinto,
  • el voto es un derecho y una responsabilidad,
  • y participar es motivo de orgullo y pertenencia.

De esta forma, los niños comprenden el valor del acto democrático sin quedar atrapados en discusiones adultas.

 

Trabajar habilidades ciudadanas desde cursos pequeños

La formación cívica no comienza a los 18 años; se construye desde la infancia, en espacios cotidianos.
Karen señala que las primeras experiencias de ciudadanía ocurren en el propio curso: elegir al presidente, votar por un proyecto, decidir entre varias opciones o resolver diferencias mediante el diálogo.

Estas dinámicas enseñan a:

  • escuchar,
  • opinar,
  • respetar,
  • argumentar,
  • aceptar resultados.

La UNESCO destaca que los espacios de participación escolar fortalecen la convivencia, la autonomía y la alfabetización cívica desde los primeros años (Fuente: UNESCO, 2023).

Aquí los materiales educativos pueden apoyar.
Por ejemplo, el Cuadernillo “Vamos a Votar” permite simular procesos democráticos de forma segura y lúdica, y “Hecho y Opinión” ayuda a desarrollar pensamiento crítico, distinguiendo información real de interpretaciones personales.

 

Cómo responder preguntas difíciles sin aumentar la ansiedad

Es normal que los niños pregunten cosas como:
“¿Quién es mejor?”, “¿Por qué mis papás discuten por esto?”, “¿Y si gana alguien que no me gusta?”

La recomendación es siempre:

  • Validar emociones.
  • Explicar que la gente piensa distinto.
  • Evitar juicios sobre posiciones políticas.
  • Enfocar la conversación en convivencia, no en polarización.

Si la angustia del niño proviene de conflictos familiares, Karen enfatiza que esto debe abordarse en forma individual, porque corresponde a su mundo emocional, no al del grupo curso. Algunas inquietudes requieren contención personal.

 

El docente como mediador neutral

Mantener neutralidad no solo es un acto profesional; también protege el clima del aula.
Como dice Karen, todos venimos “seteados” por nuestra historia familiar y cultural. Justamente por eso, el docente se convierte en un modelo cuando:

  • escucha sin juzgar,
  • valora todas las opiniones,
  • evita sesgos,
  • fomenta el respeto,
  • y enseña desde los valores universales.

La OCDE subraya que los sistemas educativos más efectivos promueven ciudadanía mediante participación y pensamiento crítico, no a través de transmisiones ideológicas (OCDE, 2022).

 

Aceptar resultados: una habilidad ciudadana y emocional

Un principio democrático fundamental es aceptar los resultados, incluso cuando no coinciden con lo que uno quería.

Las “mini elecciones” y decisiones grupales ayudan a practicar esto:

  • escuchamos,
  • votamos,
  • respetamos la mayoría,
  • seguimos siendo comunidad después del resultado.

Ese aprendizaje emocional es también un aprendizaje cívico.

 

Educar en ciudadanía es educar para la vida

Hablar de elecciones con niños no busca explicar política; busca enseñar convivencia, pensamiento crítico y participación.
La ciudadanía se construye en lo cotidiano: en el juego, en la conversación, en la votación de curso, en la resolución respetuosa de diferencias.

Y desde ese lugar, los docentes tienen un rol privilegiado: acompañar, guiar y modelar el respeto por la diversidad de opiniones.

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